Los matamoscas y las bestias del padel no se distinguen, todos mezclados.
¡Qué lujo!, en esos días comenzaba mi andadura por el mundo del padel.
Fué toda una odisea el viaje de vuelta, mas de uno lo recuerda, el tostón de los tickets, que paliza os dí a todos los viajeros pero en general fue una experiencia muy agradable.
Esta foto tiene poca calidad pero es grato el recuerdo, porque despues de conseguir que Martín Diaz se pusiera a tiro, me tembló la mano de nervios y la foto salió movida, aún a pesar de ello, se aprecian las caras de felicidad.
Bueno y aqui va una jugada grabada.
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